viernes, 12 de febrero de 2010

'El OJO DE BUZIRACO'


El olor a azufre, la peste de la viruela, el dengue, la lepra, el tabartillo y la plaga de langostas sobre los cultivos, fueron algunos de los acontecimientos que sucedieron en Cali hacia 1.825.


Pero lo más misterioso era que en las noches de lluvia se aparecía en el Cerro de Las Tres Cruces la figura gigante de un murciélago, alrededor del cual un conjunto de hombres y mujeres de color negro danzaban en medio de llamas al son de ritmos africanos.


Al misterioso murcielago se le llamó el demonio de Buziraco: un ente, organismo, animal o persona, que había sido expulsado del Cerro de la Popa en Cartagena por un monje exorcista.


De Popayán enviaron a los misioneros Vicente y Juan Cuesta para expulsar a Buziraco. En 1.837 los misioneros colocaron sobre el Cerro, tres cruces de guadua, con lo cual la furia de este demonio se aplacó. Pero hacia el año de 1.876, Cali fue víctima de saqueos e incendios. La leyenda cuenta que desde el Cerro se escuchó una voz ronca que con ira desmedida, maldijo la ciudad.


Años después, en 1.925, hubo un temblor sin precedentes en el que se derrumbaron varias iglesias de la ciudad y se desplomaron Las Tres Cruces de guadua, como si se estuviera liberando de
nuevo el temido Buziraco.


En enero de 1.937, el Padre Marco Tulio Collazos hizo volver a construir las tres cruces en concreto para más seguridad. Los cristianos tomaron por tradición subir al cerro a hacer peregrinaciones, lo que supuestamente enfureció a Buziraco y éste en venganza confundió a los peregrinos, repartiéndole a los fieles aguardiente y mujerzuelas, lo que desembocó en un carnaval macabro de orgías, violaciones, saqueos y raponeos; así que la Arquidiócesis de Cali prohibió esta tradición.


Sin embargo, dicen que Buziraco sigue haciendo de las suyas y que en lugar de haber sido desterrarlo, Las Tres Cruces lo dejaron atrapado.


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